Karla Chavez Rivas
Las mujeres de la comunidad Las Cureñas, de Jinotega,Nicaragua,comparten entre si, la elaboración de la distinguida cerámica negra, y el solo proceso de transformación del barro y la arcilla en piezas artesanales, promete dejarles buenos ingresos para su autosostenibilidad económica, pero ademas, para su realización profesional e incorporación al campo turístico nacional e internacional.
Jinotega es la cuna de la Cerámica Negra en Nicaragua y es aquí donde las artesanas mujeres,elaboran con sus manos, piezas únicas, inspiradas en su propia cultura tradicional indígena que sobrevive en pocos países de Latino américa, como México, Chile y Nicaragua.
El legado de este patrimonio histórico cultural ha venido preservándose de generación en generación, y ahora las mujeres se han organizado en cooperativas y comercializan sus creaciones tanto con diseños tradicionales como innovadores.
Uno de los espacios que les permite incrementar sus ventas de forma directa son sus talleres, o bien participan en ferias realizadas por el Ministerio de Economía Familiar (MEFCA) o del apoyo de intermediarios. Ahora, con la asesoría correspondiente, formalizan su negocio, diseñan sus marcas, evalúan nuevos mercados y hasta ganan ingresos extras organizando tours por sus talleres.
Esta tradición de generaciones hace que cada visitante extranjero o nacional que llega a esta cooperativa,experimente y disfrute paso a paso de la técnica artesanal, que hace parte de su propia herencia precolombina.